Santa Cruz

Pese al fracaso anterior
el entusiasta guionista
pidió a ver al productor:
hombre de mucha experiencia
pero de poca paciencia.
Con sus muchos atributos
y tendencia derrotista,
le da solo diez minutos
al entusiasta guionista.
Luego, a modo de saludo,
le dice, en el ascensor,
“espero que este proyecto
sea mejor que el anterior”.
El guionista le responde
con inefable candor:
“Esta vez tengo un proyecto
que es por cierto insuperable.,
ya que su mayor efecto
es el de ser improbable”.
“¡Imagínate el paisaje
donde habita el personaje!”
“El lugar es Santa Cruz,
que filmado a plena luz.
tiene un tono cinemático,
multitudes de pingüinos,
y atardeceres andinos
que dan un tono dramático
y anticipan un destino…”
“Nuestro héroe que, en este caso,
tras trabajar en un banco,
con un mediano salario,
logra dar un magno paso,
escalando posiciones,
tornándose en empresario
de firmas de construcciones.
Tras ganar licitaciones
se convierte en millonario….
La historia aquí se complica,
Porque nuestro personaje
tiene una amistad naciente
con quien fue gobernador
y mas tarde presidente,
dando lugar a rumores
de que su enriquecimiento
tiene que ver con favores.
Como si esto fuera poco,
lo acusan en la Tevé
(quizas cuentos infundados)
de ser cómplice en lavados
y de actuar de mala fe,
implicando al presidente
junto a otro montón de gente.”
“¡Que situación tan risible!”
interrumpe el productor.
“Quiero una historia factible,
y no historias inventadas
que parecen cuentos de hadas”.
Y se retira otra vez
sin escuchar el final,
repitiendo, disgustado ,
“¡Quiero un proyecto realista!
pero este joven guionista
no logra dar en la pista.
Tendría que ir aanalista