RECICLAJE

Caminando por la calle
un nublado atardecer
yo le pregunté a Ricardo
“a vos que te gusta hacer?”
Respondió lleno de gozo
“Me gusta pintar retratos
de titanes musculosos”
Después de una breve pausa
agregó “ y hacer el bien!’
Yo le dije “ A mi también”
Me retrucó la pregunta
“¿que te gusta a vos hacer?”
“Me gusta hacer proyeccioes
Con figuras de papel’
Y agregué´´, como hizo él
“y  me gusta hacer el bien”
y el me dijo “a mi también
Y seguimos caminando,
convencidos de ser buenos,
conversando sin reproche;
el hablando de titanes
y yo de la mar en coche…
La tarde seguía avanzando
convirténdose en la noche
con un ritmo inesperado
bajo ese cielo estrellado
que no se dejaba ver
ya que estaba muy nublado,
mas de pronto vislumbré,
bajo el cielo semi oscuro,
una aureola que flotaba
sobre una santa figura
que conmigo caminaba
y que era Ricardo mismo
‘¿Ricardo beatificado?
“debía ser un espejismo!,
debía ser una ilusión!”
No creyendo mi visión
no dije palabra alguna,
pero Ricardo, asombrado,
vió una aureola sobre mi !
“No puede ser ilusión”
respondió con frenesí
Y empezamos a cantar
“no somos unos de tantos
somos santos, somos santos “
no resistiendo el encanto
de esta gran revelación!”
¡San Ricardo y Santa Sylvia!
¡Que tremenda promoción!
Podrá ser que el calendario
nos dedique una mención?
San Ricardo declaró
“Cumplamos nuestra misión
con orgullo y con pasión
Nuestra primera aventura
será tirar la basura
en el tacho communal”
y procedió así a tirarla,
pero ni bien lo hubo hecho,
la luz de sus santa aureola
terminó de iluminar,
San Ricardo ¿que habrá hecho?
¿No es la aureola su derecho?
¿Porqué duró poco rato
su condición de beato?
No aguantando tal ultraje
San Ricardo entró en acción
y al revolver la basura
encontró la solución:
Buscó botellas vacías
y armándose de coraje,
las quitó en forma salvaje,
para luego colocarlas
en un gran contenedor
donde dice RECICLAJE
y en el instante de hacerlo
su aureola volvió a brillar.