Experimento Social

  Experimento Social

 

  En la reunión semanal


  en que estaban debatiendo


  ese nuevo experimento


  de contenido social


  llegué justo en un momento


  que resultó ser crucial,


  cuando uno de los presentes


  se levantó de su asiento


  y habló con resentimiento


  y con gesto de disgusto


 “¿a quien le parece justo


  subsidiar a quien trabaja?


  esta teoría no cuaja


  ¿cual sería la ventaja


  de esta enorme insentatez?”


  y en busca de una utopía


  el país se fundiría…


  dijo una y otra vez.


  Pero otro participante


  explicaba con pericia


  que no había tal injusticia,

  
detallando la propuesta


  que daría una respuesta


  a las fallas del sistema


  llamado “de bienestar”

  señalando con su esquema


  lo que habría que alterar


  “este es un plan muy propicio


  que canjea el beneficio


  dado a los desocupados,


  por salarios moderados


  a toda la población,


  sin distinciones indignas


  de status o educación,


  eliminando el estigma


  para los desventajados


  de sufrir la humillación


  de depender del estado…


  y agregó ”ya van a ver.


  lo vamos a comprobar:


  Se hará en veinte municipios


  con fin experimental,


  disminuirá el presupuesto,


  cosa que el gobierno aplaude,


 porque el controlar el fraude


se ha vuelto un tema funesto”


Otra vez fué interrumpido:


“pero igualmente no es justo


y es un modelo muy blando”


El otro participante


 lo obligó a callar la boca


con argumentos genuinos


mas sólidos que una roca


“esta pequeña injusticia”


le dijo, “ya no es noticia”


porque aunque fuera verdad


es un detalle mezquino


dentro del gran panorama


que determina un destino”


Hacia el fin de la reunión


se habían formado dos bandos


el bando de los mezquinos


y el de reformistas blandos


Fué un debate bizantino