ESCUELA DE SEñORITAS

En la reciente visita
a una noble institución
donde educan señoritas
con buen gusto y discreción
nos hablo su directora
explicando su misión
En la escuela de modales
que dirijo con orgullo
nos guiamos por el lema
que enseñamos  en la escuela
hay que actuar con elegancia
y no hacer mucho barullo,
recalcando su importancia
con donaire y con prestancia
Nunca digas lo que piensas
para no causar ofensas
o crear un altercado,
pero si eso sucediera,
no descuides tu peinado
tu vestido o tu  calzado”
La razón de toda acción
es actuar con distinción
Si alguien sin querer te pisa
le respondes con sonrisa
“ay, perdón, me equivoqué
puse en mal lugar mi pié”
Si vos misma estás hablando
y se oye una interrupción
que no tiene ya que ver
con el tema en tu comando
la contestas  “¡qué placer!
Que bonita intervención!”
de este modo retomando
tu argumento y tu cuestión,
y si te ofrecen favores
a cambio de alguna acción
no debes llamar chantaje
a esa forma de intercambio
sino pago de peaje
o contrato personal.
Si un ex-primer ministro
presionara a un funcionario
que estuviera hoy en oficio
a obtener favoritismo
con ventaja material,
no lo acuses de indecente,
de inmoral, de libertino…
Es la falla en sus modales
lo que lo hace quedar mal
porque pasa que al final
hay que actuar de modo fino,
distinguido y señorial.
Con estas modalidades
expresadas con esmero,
el final es placentero
en las pláticas sociales,
y quizás el mundo entero.
El lenguaje es poderoso
y hay que usarlo con cautela
Todo esto aprenderán
si se inscriben en mi escuela

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