El Caso Navalny

EL CASO NAVALNY

El leader opositor
que al Kremlin solía acusar,
con total desesperanza
y formidable pasión,
denunciando corrupción
y otros métodos de abuso,
del actual gobierno ruso,
fue objeto de una venganza
de que no se sobrepuso…
Navalny tenía gran peso
con su partido Progreso,
y volviendo de Siberia,
en su gira de campaña
de una elección regional,
en medio de su miseria,
anunció “me siento mal”,
viendo que era cosa seria
y cubierto de sudor,
murmuró “me siento peor”.
Los responsables del vuelo,
viendo un cuadro muy funesto,
retornaron a Siberia
con el jefe opositor
en un estado muy grave,
no perdiendo ni un momento
en llevarlo a un hospital
para encontrar una clave
del origen de su mal.
Al fracasar en su intento,
obtuvieron un permiso
de trasladarlo a Berlín.
donde, con pruebas, por fin,
de modo claro y preciso,
el resultado fue dado:
“Navalny fué envenenado”
Con tantos antecedentes
de usar sustancias letales,
el Kremlin fué cuestionado,
con técnicas habituales,
pero ellos ¡vaya sorpresa!
se mostraron indignados,
optando por responder
¿nosotros? ¡nada que ver!
repitiendo como excusa
que es una conspiración
de propaganda anti rusa
por países de occidente
¡operando siempre en bloc!
….y entretanto se descubre
¡que el veneno es Novichok! s
(arma usada por el Kremlin
con el fin de asesinar)
Pero pensando en el tema,
de manera universal,
la historia bien nos relata
que esa manera de actuar,
envenenando enemigos,
era práctica papal,
en los tiempos de los Borgia.
Un curioso paralelo
documentado en la historia
de asesinos de salón
como explica Juan Toledo
que de eso sabe un montón…