DEL AMOR Y LA TRAGEDIA

Entre todos los enanos
que jugaban encantados
en salones decoradosa
al derecho y al revés
Belfonso era el mas dotado
más capaz, más codiciado
por su encanto y esbeltez
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Belfonso estaba bailando
con su estilo proverbial
compartiendo su talento
al compas de un viejo tango
con su pareja habitual
la enana llamada Malva:
a quien Belfonso apodaba
“la reina del arrabal”
Malva amaba a su Belfonso
por su porte sin igual
Admiraba su pasión.
su destreza, su estatura
además de su bravura
al saltar desde un sillón
sin romperse la cabeza
gesto que Malva atribuía
a su rango, su nobleza,
su abolengo y distinción
Aunque en tiempos mas felices
Belfonso en su fantasía
plena de extraños matices
veía en Malva una sirena
de figura celestial
y extasiado con la escena
se sentía como Ulises
en un ensueño sensual
Pero había entre los dos
otra enana muy cercana
que se llamaba Ricarda
(según Malva “una bastarda”)
que estropeaba la armonía
de esa pasión enanal
y que Malva resentía
pues le hacía mucho mal.
Ella intentó con su soga
a Belfonso desgollar,
pero no logró su intento
ya que al cabo de un momento
el magnífico Belfonso
se la supo arrebatar
Malva y Ricarda se odiaban
Belfonso al verlas reñir
atento las observaba
parado atrás del sillón
advirtiendo que esas riñas
aumentaban su pasión
La presencia de Ricarda
hacía temblar a Belfonso
por su belleza, figura
y su atracción animal
Visitaba él a Ricarda
de la cual la pobre Malva
ni siquiera osaba hablar
Belfonso le ofrecía flores
para calmar sus temores
como ignorando esa soga
con que lo iba a desgollar
Admitiendo que sufría
Malva revivió el romance
con pasión existencial
Belfonso conrrespondía
mas con cierta negligencia
y un toque hipocrecía,
su alma delatando ausencia
de este encuentro pasional
y después de un breve lapso
y ya al borde del colapso,
comenzó a reflexionar
¿Es que Malva era una arpía,
que de un modo muy malsano
abusaba de su enano?
Ya Belfonso presentía
que el enlace con su Malva
iba a terminar muy mal
y acostado sobre el suelo
le admitió su malestar
Y después de un largo rato
ya sentados lado a lado,
recordando los instantes
de lo que había sido antes
Belfonso quedó callado,
pero admitió que ya el fuego
se había de pronto apagado
Belfonso recordó que antes
sufría de pesadillas
llenas de arañas gigantes
trepándose a sus rodillas
que atacaban por detrás
a instancias de Satanás…
“de esta historia quien me salva,
expresó pensando en Malva*
Y ocurría al mismo tiempo
que en un acto paralelo
Malva albergaba el anhelo
de eliminar a Ricarda
un hecho cuya obsesión
no cesaba de acosarla
y pensó que la manera
de continuar siendo musa
del codiciado Belfonso
era usar la enana intrusa
y en un acto de osadía
a los que ella era propensa
la invitaría a un certamen
de talento y de poesía
ya creyendo, en su insanía
que ella siempre ganaría.
Pero al no haber resultado
su esfuerzo quedó frustrado
Por eso, al llegar la fecha
no quedó tan satisfecha
como creyó que estaría
y debiendo ir a un festejo
con Belfonso, su parejo,
se vistió muy glamorosa
con una prenda exquisita
y aunque él no acudió a la cita
ella tenía la confianza
de conseguir al final
derribar a su rival.
Y al encontrar un cuchillo
se revivió su esperanza
que así nutrió su venganza
Espió por la cerradura
con una intención oscura
y al ver a los dos amantes
en un acto de pasión,
-con el alma ya deshecha,
no toleró la traición
al confirmar su sospecha
y con el cuchillo en mano
resolvió tomar acción
Así luego de hora y media
sucedió la gran tragedia
que ya se veía venir.
Aunque parezca mentira
Malva sucumbió a su ira
acuchillando a los dos,
que, tirados en el suelo
con cuerpos ensangrentados
así,, perdieron la vida,
sin siquiera un triste adios.
Malva fue así condenada
por su crimen pasional…
Pero una tarde otoñal
encontraron en su celda,
sobre un colchón desgastado,
a su cuerpo mutilado.
No quedó lugar a dudas:
Malva se había suicidado
Así es que los tres enanos
victimas de sus pasiones
comenzaron un descenso
del que no tenemos datos
ni testigos ni retratos
en una caída sin fin
que concluye este relato
y aquí para terminar
sería bien justo agregar
que Ricarda no era santa,
que usaría la obsesión
de que Belfonso era objeto
para su propia ambición
que era ilustrar el libreto
sobre el crimen y el castigo
que acabamos de narrar.
Ricarda, siendo una artista
que había sido asesinada
en una celda cerrada
se había perdido de vista
sin acabar su boceto
¿quien entonces lo acabó
ilustrándolo en secreto,
dejándolo así, completo?
no hace falta dudar más
es hora de revelarlo
fué la obra de Satanás

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